noviembre 30, 2004

piedra sobre piedra

la primera piedra cayó esa noche que salíamos del telo, a mi me dolía la espalda y a él el ego. cayó, se estrelló en su espalda y yo me cagué literalmente de risa. corrimos a buscar papel higiénico y también al malparido que nos lanzó la piedrita con tanta puntería. después de eso dejamos de vernos. no llamó, no llamé. todo acabó.
la segunda piedra cayó en mi cabeza esa mañana que regresaba de correr el malecón y esperaba a que fer me diera el alcance. me hizo un chichón en la cabeza y no supe nunca quién había sido el agresor. busqué, miré con odio por todos lados pero sólo estaban las palomas que me miraban y se cagaban de risa de mi ira. recogí la piedrita y se la estampé a una paloma por graciosa.
la tercera piedra, antes del diluvio de piedras, cayó esa tarde que salimos de la iglesia con mi vieja. le cayó en las tetas y la tumbó de bruses al piso, llorando casi sangrando. era una piedra exactamente igual a la anterior y tampoco vimos a nadie que corriera alrededor. sólo el señor del kiosko que vino a recoger a mi mamá del suelo y le dijo que la culpa la tenía yo. por pecadora y pendenciera. y cuando le girté que era un cerdo mentiroso comenzaron a caer las demás piedras.
mi mamá corrió, el señor del kiosko se escapó, y a mi, nadie me ayudó.
al menos magdalena tenía a jesús. yo fui la que se quedó con todas las piedras.


(micaela santibañez 0001)

la embarró brit° -